Ruta de los Vencidos

sábado, 26 de mayo de 2012

Subject: Un candidato a Director General (Comisario) MH Andalucia






Cordoba. El profesor de historia y vicepresidente del Foro, Luis G. Naranjo Cordobés, se perfila para gestionar, como director general, la memoria histórica andaluza.





Se trata de una dirección general adscrita a la consejería de Diego Valderas



R. Ruiz / Córdoba
24.05.2012 - 05:04



http://www.diariodesevilla.es/andalucia/detail.php?id=1266136#opi



Foto: Luís Naranjo en primer término.





El profesor Luís Gabriel Naranjo Cordobés es el nombre que tiene más papeletas para gestionar el área autonómica de la memoria histórica reclamada por Izquierda Unida en el acuerdo de gobierna y santo y seña de la actividad política de la organización.



Naranjo, profesor de historia, es el vicepresidente del Foro de la Memoria Histórica de Córdoba y autor de libros y ponencias sobre la posguerra y los testimonios orales y documentales de la represión franquista en Andalucía. Parte de su trabajo en este campo se ha centrado en la elaboración de listas contrastadas de personas fusiladas.



Naranjo fue una de las voces que apoyó al gobierno de IU en Córdoba cuando decidió no abrir la fosa común del cementerio de la Salud de la capital. El Ayuntamiento entendía que no disponía de posibilidades técnicas ni económicas para realizar un trabajo de estas características que exige de personal y fondos que, alegaba, no tenía. A cambio, se decidió colocar un muro de la memoria, un monolito representativo con los nombres de las personas enterradas en ese lugar.



Su línea argumental es que las exhumaciones van más allá de actos privados y exigen de la colaboración activa del Estado y de tutela judicial como un delito, el de la desaparición forzosa, imprescriptible y no amnistiable.



La memoria histórica se ha adscrito a la Consejería de Relaciones Institucionales del vicepresidente Diego Valderas como una dirección general cuyo titular tiene rango de viceconsejero.

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Antecedentes:



Debate sobre fosas: ¿exhumar, para que?. Se trata, en definitiva, de exhumar la memoria

16/01/2011 LUIS Naranjo



http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=610456



Desde el pasado 30 de junio, representantes del Foro por la Memoria de Córdoba, del Foro Ciudadano y de la Asociación Agora, bajo la eficaz coordinación técnica del Archivo Municipal, vienen desarrollando una meticulosa labor de contraste de fuentes historiográficas y registros documentales con el objetivo de validar – en la medida de lo posible – el listado de hombres y mujeres fusilados en Córdoba por las fuerzas franquistas durante la guerra civil y la dictadura, que se encuentran enterrados en fosas comunes en los cementerios de San Rafael y la Salud. Más allá de posiciones apasionadas o políticamente interesadas, creo que esta es una buena oportunidad para plantear un debate sobre el sentido último de las prácticas memorialistas, incluidas, claro está, la realización de exhumaciones. Este sentido no puede ser otro que el ejercicio del “derecho a la verdad” en relación con el genocidio sostenido y programado que caracterizó no solo los años de la guerra, sino también la primera etapa de la dictadura. En el marco de la memoria histórica, las exhumaciones no pueden considerarse solo como un acto privado o familiar o como un derecho exclusivo de los descendientes, sino que poseen una dimensión pública y cívica, que se basa en el derecho de todos los ciudadanos a conocer lo que ocurrió. Las exhumaciones forman parte así de un conjunto interrelacionado de actuaciones de reconstrucción de la memoria colectiva, que consisten en: 1) la localización e identificación de las víctimas, 2) su reconocimiento y reparación, 3) explicar y contextualizar y 4) exhumar.



Si proyectamos estas tareas a lo realizado hasta ahora en Córdoba, puede concluirse que se ha dado un gran paso en la localización física de las fosas y en la identificación de gran número de víctimas (2.298 hombres y mujeres), aunque la cuestión sigue abierta y, contando con la colaboración ciudadana, se seguirán añadiendo sin duda nuevos nombres al listado existente. En cuanto a la reparación, no se trata en ningún caso de “devolver” la dignidad a las víctimas, puesto que murieron con ella (en todo caso la perdieron sus verdugos), sino de recuperar su memoria y la de los valores democráticos por los que lucharon para el conjunto de la ciudadanía. Este es precisamente el objetivo de los muros, que incorporan los nombres de las víctimas y establecen un espacio de la memoria como ámbito de presencia, de homenaje y de recuerdo.



La explicación pública y abierta de las causas históricas sirve para entender el porqué de aquellos asesinatos masivos, y constituye una premisa necesaria para el conocimiento de los valores e intereses que defendían víctimas y victimarios. Para sustentar esta explicación en bases científicas, el Foro por la Memoria y el Archivo Municipal coorganizan unas jornadas que tendrán lugar en el Salón de los Mosaicos del Alcázar, del 25 al 29 de enero, en las que intervendrán destacados historiadores, así como descendientes de las víctimas.





Por último, retomamos el meollo de la cuestión: las exhumaciones. Estas sin duda refuerzan y complementan la identificación de las víctimas (a través de las pruebas de ADN), contribuyen a su reconocimiento y reparación y sustentan como prueba irrefutable el relato histórico de la crueldad de la política represiva del franquismo, tanto durante la guerra como en la dictadura. Pero para que todo esto ocurra deben cumplirse ciertas condiciones técnicas y legales que otorguen significado social y memorialista al hecho de exhumar, más allá de la comprensible exigencia familiar de dar digna sepultura a sus ascendientes. En primer lugar, desde el punto de vista técnico, la exhumación de fosas con miles de cadáveres presenta una enorme complejidad, además de un alto coste económico, que solo podría ser solventada con garantías a partir de la actuación combinada de diferentes administraciones (central, autonómica y local) junto con las asociaciones de memoria histórica. Recordemos que el deber de exhumar corresponde al Estado, como cuerpo que sustenta los valores democráticos, y no solo – ni siquiera principalmente – a las corporaciones locales. Además, debe tenerse en cuenta que no todas las fosas son exhumables, por la sencilla razón de que se ha construido encima. En el caso de Córdoba, hay evidencias fidedignas de al menos cuatro fosas más, dos de las cuales se situarían respectivamente junto al antiguo matadero municipal y en el entorno de la Choza del Cojo, cerca del actual Carrefour.



Más importante aún que los requisitos técnicos resulta el marco legal en que se realiza la exhumación. El actual Gobierno suscribió en septiembre de 2009 los acuerdos de la convención internacional de protección contra las desapariciones forzadas, que reconoce esta figura jurídica como delito imprescriptible y no amnistiable. Pues bien, en las dos fosas de San Rafael y la Salud reposan más de mil personas innominadas, asesinadas en sacas colectivas. Se sigue produciendo así un delito de desaparición forzosa, que exigiría la tutela judicial o la asistencia de una fiscalía de la memoria en las tareas de exhumación, aspecto que no contempla el actual protocolo andaluz de actuación en exhumaciones de víctimas de la guerra civil y la posguerra.



Con presencia judicial y garantías técnicas y presupuestarias, el Foro por la Memoria de Córdoba está dispuesto a impulsar y participar en un proyecto de exhumación de las fosas, para que la ciudadanía cordobesa reconozca todo su pasado reciente, y no solo la versión entre costumbrista y nostálgica (y, por tanto, falsa) que de los años de la dictadura sigue ofreciéndose. Se trata, en definitiva, de exhumar la memoria.



* Profesor y vicepresidente del Foro por la Memoria de Córdoba



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Réplica a "Córdoba sin memoria: las fosas de la hipocresía"

La Memoria Histórica a Debate. Respuesta publicada a petición del Vicepresidente del Foro por la Memoria de Córdoba







15-02-2011




Réplica al http://www.interviu.es/reportajes/articulos/cordoba-sin-memoria-las-fosas-de-la-hipocresia/comentarios/%28offset%29/10 (los comentarios, algunos, no tienen desperdicio)



Completo, en:



http://www.todoslosnombres.org/php/verArchivo.php?id=569), dirigida al director de la revista Interviú;



"Sr. Director: El día 4 de Febrero apareció publicado en el medio que usted dirige un artículo sobre las fosas comunes de víctimas del franquismo en la ciudad de Córdoba, en el que se citan unas declaraciones mías, como vicepresidente del Foro por la Memoria de Córdoba, a partir de conversación telefónica mantenida con la periodista firmante del reportaje. No deseo entrar en el fondo del texto, que me parece tendencioso y demagógico, pero sí ejercer el derecho de réplica en relación con las opiniones que se me atribuyen, alguna de ellas entrecomillada.



La afirmación de que el Foro por la Memoria “apoya al ayuntamiento”, sobre todo si se vincula a la supuesta negativa de este de proceder a las exhumaciones de los asesinados por las fuerzas franquistas, es falsa. La salida de Rosa Aguilar y el nombramiento del actual alcalde Andrés Ocaña ha supuesto un cambio favorable a la recuperación de la memoria de las víctimas, y en este sentido el Foro ha impulsado y participado en actuaciones municipales como los Muros de la Memoria y las Jornadas sobre reparación y verdad histórica, que nos parecen un gran paso adelante. En cuanto a las exhumaciones, la opinión que yo manifesté es que “la exhumación no es solo un derecho de los familiares, sino también del conjunto de la ciudadanía, y por tanto un deber del propio Estado que la representa”. Efectivamente, el Ayuntamiento es parte de ese Estado, y como tal debe contribuir, siempre que sea posible, a los procesos de exhumación, pero en el marco de un convenio que vincule a la Administración central, a la autonómica y la local, cada una en su esfera de competencias, recursos y responsabilidad política. Culpar a los ayuntamientos de la gravísima dejación que supone la existencia de miles de desaparecidos tras más de treinta años de democracia, es sumar una injusticia a otra, y contribuir a la actual ceremonia de la confusión memorialista que determinados sectores están creando, con el objetivo no declarado pero evidente, de que el juicio de la historia y de la ciudadanía no se aplique nunca a los genocidas que instalaron el franquismo a fuego y, sobre todo, a sangre".



*Luis G. Naranjo Cordobés es Vicepresidente del Foro por la Memoria de Córdoba









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