Ruta de los Vencidos

sábado, 10 de octubre de 2009

A quella fatidica tarde de Septiembre.


A MANUEL OYOLA
Aquella fatídica tarde de Septiembre del 1.979.
Me dio el corazón un vuelco y quede atónito.
Sin saber lo que me había pasado, Como si algo punzante y frío hubiera atravesado mí pecho de parte a parte.
Como si algo grave mi corazón hubiera presagiado, aquel escalofrío que cubrió mi cuerpo, no tardo en tener respuesta y mi voz quedó quebrada, su herida corrió como la pólvora por entre mis venas.
Tuvo que ser Manuel no podía ser otro clavel Rojo ¡no!
El que troncharán tan vil mente aquella fatídica tarde en el Parque Sevillano, Escenario de aromas y libertades.
Las Palomas bajaron a beber pero los surtidores y estanques se enturbiaron de rojo y les paso como a Manuel no pudieron levantar el vuelo.
 La tarde se fue es clisando, sin miedo la Luna fue quebrando los negros nubarrones que corrían para refrescar aquel clavel que yacía entre el tumulto de voces con ansías de libertades.
Las aguas remansas del Guadalquivir quedaron a los pies de la Giralda, en sus más presente estaba la escuela de Santa María de Iquique. (Chile)    
En tres décadas aun sigues presente entre los hombres y mujeres que lucharon codos con codos.  Hoy mi corazón ha vuelto a recordarlo; y no ha vuelto a pasar tanto dolor como pasó por aquella herida.

Juan Santos.    Septiembre 2009